lunes, 31 de marzo de 2008

A Fuentes, claro.



Trasteando por esos bits del señor, me topo con ésto. Es de Germán Díaz, de su disco π, o sea Pí, la nube 8 de Producciones Efímeras.
Siempre que escucho esta canción se me saltan las lágrimas. No lo puedo evitar. Es la declaración de amor (fraternal) más bella que he escuchado nunca. Y los amo.
No he podido evitar el impulso de colgarlo en mi blog. Que ustedes lo disfruten.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me he quedado atontado escuchando. Me avergüenzo de mi inexistente cultura musical.

mapachito violento dijo...

Gracias por colgarlo en tu blog... Me acuerdo la noche en que lo escuché en tu casa por primera vez.